¿Cuál debe ser el modelo educativo para el nuevo siglo?
A pesar de todas las deficiencias presentes en nuestro sistema educativo con respecto a la realidad en la que vivimos, hemos de decir que en los últimos años se ha hecho un gran esfuerzo por estar a la altura.
Cierto es que aún nos queda mucho camino por recorrer y un amplio abanico de metodologías por mejorar y aplicar, pero es necesario reconocer que la educación por competencias ha sido uno de los enfoques que más nos ha ayudado a dar respuesta a las exigencias de la sociedad actual.
Una educación por competencias no solo se preocupa por transmitir conocimientos teóricos a los alumnos (como se venía haciendo tradicionalmente); sino también por impulsar habilidades y destrezas prácticas; actitudes y valores que permitan a los alumnos comprender e interactuar con el mundo que les rodea y, lo que es aún más importante, participar en su transformación.
Dando entonces por hecho que un modelo educativo adecuado se orientaría hacia la educación por competencias, solo nos quedaría plantearnos cuáles son aquellas que consideramos más necesarias a día de hoy para formar personas capaces de desenvolverse no solo en la escuela sino fuera de ella, respondiendo así a las demandas del siglo XXI de que las nuevas generaciones salgan bien preparadas de la escuela. En mi opinión, esos conocimientos, aptitudes y actitudes necesarios sería aquellos que les permitieran: adaptarse al cambio, alcanzar una estabilidad emocional plena, trabajar en equipo, resolver problemas de manera creativa, innovar, ser capaces de comunicarse de manera efectiva (tanto en su lengua materna como en una segunda lengua), etc. Pues con todo ello aprenderían a aprender a lo largo de toda su vida, a desarrollar y potenciar sus habilidades personales, a hacer aquello que les gusta y les motiva, a mejorar su autoestima, a ser felices, a sentirse capaces de afrontar cualquier reto, a estar en contacto con un mundo cada vez más global, a tener un pensamiento más crítico, etc.
En resumen, el modelo educativo del nuevo siglo debe tener el reto de ofrecer una educación de calidad (adaptada a los avances actuales) que permita prolongar la labor de la escuela a lo largo de la vida de cada individuo, para que esto le ayude a mejorar su bienestar personal, social y emocional.
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