¿Cómo trabajar la historia en primaria?


El aprendizaje de la historia conlleva varios problemas en relación con otras asignaturas dada la imposibilidad de ser observada directamente y el gran esfuerzo de abstracción que conlleva el poder comprender el pasado. 

Dejando atrás métodos de aprendizaje desfasados y basados exclusivamente en lo memorístico, existen alternativas para revivir aspectos históricos en el aula, con el único objetivo de que los alumnos puedan comprender mejor el periodo de historia a enseñar y lo hagan de una manera más global y significativa. Algunas de las estrategias que podemos utilizar son las simulaciones, reproducciones, replicas, etc. De este modo, se acerca la historia a los alumnos para que ellos la vivan en primera persona, haciendo que aflore la empatía histórica y que puedan experimentar a través de los sentidos. También conecta el pasado con el presente, generando preguntas y análisis en busca de repuestas a los cambios sufridos hasta nuestros días.

La arqueología es la encargada de investigar e interpretar el pasado a través del estudio de los restos materiales encontrados. Estas evidencias necesitan de un contexto o relación para que puedan aportar información, generando un acercamiento al pasado para facilitar la reproducción de procesos y comprender la historia de una manera global. Además, se debe fomentar la protección y la valoración del pasado para propiciar la educación en valores desde desde el conocimiento y preservación del entorno.

Como ya se ha dicho, el aprendizaje memorístico es cosa del pasado y se deben implementar metodologías basadas en la experimentación y la práctica. Por ejemplo, se pueden descubrir los sabores de las comidas que se cocinaban en una determinada época, recuperando recetas y degustándolas en clase. En consecuencia, esto permite hablar de costumbres y tradiciones que ayudan a comprender el contexto histórico. También se pueden fabricar utensilios utilizados en otros tiempos, como cestos o vajillas que no sean de cerámica; o se pueden vestir con ropas propias de el periodo que se está estudiando, siendo necesario una búsqueda de información para conocer más datos que permitan recrearlo con la mayor exactitud posible. Así, ellos podrán descubrir la textura de antiguas vestimentas o clases sociales de entonces y, del mismo modo, se pueden representar algunas construcciones que sean factibles de realizar en el aula o en el patio para conocer, de primera mano, de qué están hechos (adobe, tapial, entramado vegetal) y ver cómo se hacen de una forma lúdica y significativa.

Otra actividad de gran atractivo es la recreación de herramientas, pudiendo plantearse de forma empírica con objetos sencillos, probando si son aptos para lo que se supone que están fabricados. Con este ejercicio podemos incorporar el método científico, pues mediante el hallazgo de algo concreto se puede elaborar una hipótesis y seguidamente desarrollar una investigación con la ayuda y guía del docente durante todo el proceso. 

Un yacimiento real es el mejor lugar para entender lo que es la arqueología. Sin embargo, dada la dificultad de poder acceder a uno de ellos con los alumnos, existen alternativas como la recreación de un yacimiento en el patio de la escuela. Su planificación es lo más importante, puesto que su localización, los materiales y las capas estratigráficas son fundamentales para una posterior interpretación y para hacer posible que emerja una historia con sentido. Tras la excavación se debe resaltar a los alumnos la importancia de la clasificación y catalogación de los objetos obtenidos. También podemos simular el hallazgo de un cuerpo y, por su posición, ropas y lugar donde se encuentra, plantear una hipótesis para la resolución del enigma. Incluso, esto se puede enriquecer con la visita de algún testimonio especializado en el tema que estamos trabajando, el cual nos permitirá ampliar aún más nuestros conocimientos. 

Además de todo lo anterior, es posible reproducir algunos sonidos del pasado mediante la recreación de algunos instrumentos de la antigüedad que estaban construidos con materiales naturales como huesos, madera, piedra o conchas. Del mismo modo, se pueden recrear tambores o arpas de la época que se esté estudiando con diferentes formas y materiales, culminando la actividad con el acompañamiento de danzas con ritmos producidos con ellos.

Pero no debemos perder de vista el objetivo principal que perseguimos con estas actividades, puesto que el principal problema que se suele dar es que se acaba  olvidando el carácter didáctico y estas terminan convirtiéndose en meras manualidades.  Para evitar esto, se debe seguir un proceso de investigación que permita que los alumnos descubran y aprendan , si es necesario, ayudándonos de equipos especializados que apoyen la labor docente. 

Sin embargo, a pesar de la diversidad de actividades mencionadas hasta el momento, las cuales pueden resultar una buena opción para acercar la historia a nuestros alumnos de una manera más lúdica, podemos encontrarnos con ciertos problemas a la hora de llevarlas a cabo, como: la limitación de material, la propia limitación que implica el calendario lectivo, el presupuesto con el que contamos o el espacio reducido al que los centros escolares están sometidos. 

Este es el motivo por el que nosotros, como docentes, debemos tener el compromiso y la capacidad de adaptarnos, ofreciendo una educación de calidad que promueva alternativas como la de recurrir a centros o museos donde se ofrezca una experiencia didáctica que cale en el alumnado, apoyarnos en cualquier ayuda que nos puedan brindar las familias o servirnos de nuestras experiencias previas e imaginación para dar la mejor respuesta a la situación concreta con la que contemos. En resumen, utilizar nuestra vocación y creatividad docente para ofrecer a nuestros alumnos nuevas fronteras de conocimiento. 

Cardona, Gema (2014) Arqueologia, vivencia y comprensión del pasado. Íber. Didáctica de las ciencias sociales, geografía e historia (78) 15-25🔗


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